Fragmento del capitulo 2 "Responsables" (Relato: El Jinete de las Estrellas)

-Que extraño, es como un sonido lejano, como de otro lugar.

No sabia lo que estaba insinuando pero aquello me dio una idea. Revise el franqueo de la señal y encontré algo aun mas desconcertante que la señal en si. Variaba. Era una y otra, todas de distancias y localizaciones similares, pero no se mantenía fija. No podía creer que la señal llegara de un lugar con tales caóticos movimientos que pudieran desplazar de esa manera su origen. Quizás, pensé, sea una especie de residuo que permanece en algún gas o otras materias no visibles como la extraña figura que me provoco el daño en los ojos. Mantuve mis conclusiones en secreto, Emme volvió a interrumpir el silencio:

-Esa transmisión viene de…del Sistema Solar. No puede ser verdad. ¡Parece el franqueo de la Tierra!

-¡¿Qué Tierra?! -. Art sobresaltado preguntó mirando a Emme.

-Nuestro planeta origen, La Tierra. Mira esos números. No están fijos, ¿vale?. Pero si los seis primeros. Cero, Seis, Cero, Nueve, Cero, Siete…Es como, si hubiese sido enviada desde muchos puntos de nuestro planeta Tierra, solo que, la Tierra fue destruida, ¿No?

-Aquí-. Dijo Art. -No llegaría señal alguna desde la Tierra-. Y yo hubiera corroborado esa idea, pero también era cierto, que según su franqueo, la señal venia de nuestro primer planeta.

-Voy a registrar la señal-. Apretando un botón que solo Emme conocía, para grabarla en memoria.

-Son solo ruidos-. Les comentaba cuando una voz salio de la señal.

…”Aun estamos vivos. Quedan mas días de provisiones que días quedan para que llegue el meteoro. “Apocalipsis”, le llaman algunos. Hemos escuchado la locución, el mensaje que se repite en cada sala pública del recinto, y…por aquí nadie ha perdido la calma por ahora. Aun así, nadie responde a nuestra llamada”.

La voz surgida de la señal que encontramos disipaba nuestras dudas. “Recintos de protección”, había decenas de ellos para los que no pudieran embarcar en un principio. Después de la colisión no se ha vuelto ha establecer comunicaciones con ninguno:

“¿Hola? ¿Me oís?, y si podéis oírme, ¿Volveréis a por nosotros? o, ¿es así como acabará nuestra existencia? En fin. Aquí hay mucha gente; hombres, mujeres, personas mayores e incluso niños. Todos ellos están bien, pero seguramente este lugar no aguante el impacto. Yo confiaba….

¡Maldición! He confiado en vosotros, vine aquí con los míos pero… ¿¡Qué demonios pasa!?

¿¡Vais a dejar que muramos aquí como perros!?”

Pese a que la voz se repetía en un eco arrítmico que confundía algunas palabras ya que la calidad de la trasmisión era pobre. Se escuchaba un murmullo de fondo mientras aquel hombre hablaba con quien pudiera estar escuchándole. Aquello hizo que dejara de hablar solo unos segundos. El murmullo aumentó, se hizo griterío. Entonces la voz volvió a escucharse:

Está llegando ahora. Se le puede ver en el cielo. Voy a cortar la transmisión…”

Emme estaba mirando a Art, ambos con la expresión en sus caras de no creerse lo que acaban de escuchar. La voz del emisor dejo de oírse durante minutos.

Para cortar el silencio me vi obligado a preguntar en un tono disimuladamente elevado:

-¿Dónde estamos?

-Buena pregunta-. Me respondió Emme. Me hizo un gesto con la mano, indicándome que le cediera de nuevo el asiento, así que le deje hacer sus funciones de piloto.

Se puso ha revisar las cartas de navegación, planisferios y otros instrumentos de orientación integrados en la nave. Parecía volcado en la localización y obraba con bastante soltura. Art y yo le mirábamos, yo esperanzado información y Art…bueno, el parecía mas distante.

-Voy a necesitar algo de tiempo para esto. Todo seria mucho más sencillo si tuviéramos ya esa ruta. Por cierto, ¿encontraste los códigos? -. Me pregunto Emme.

-No-. Le respondí -Lo que me recuerda que debo hacerte una pregunta, piloto.

Si no recibiéramos esa ruta ¿Podrías sacarnos de aquí?

-Seria complicado, pero no imposible. Creo que podría pilotar por periodos y están las capsulas de criogenizado, para vosotros. Yo creo que podría llevarla a…¿Cómo se llamaba el destino?

-Yo la pilotaría, si fuese necesario-. Art interrumpió la conversación, afirmando con severidad. -La cuestión seria. ¿A dónde vamos?

-No puedo deciros a donde. Lo haría solo si fuese absolutamente necesario. Volveré a buscar esos códigos y si no los encuentro, usaremos la señal de emergencia mientras quede energía en el suministro. Mantened el impulso de inercia en la línea trazada por nuestro vehiculo-. Antes de que terminara de pronunciar esas palabras ya había empezado a notar una vibración de la cabina en la que nos hallábamos. Conforme deje de hablar la vibración era evidente. Una sacudida turbulenta sobre la que Emme aportó más datos:

-Atravesamos una densa mancha gaseosa. Tiene unas cuantas veces el tamaño de la nave. Es enorme y muy compacta, tanto que hace vibrar el casco frontal de la nave.

No se podía percibir tal cosa desde el ventanal que daba al espacio, todo parecía en calma. Pero de pronto la cabina de pilotos quedo a oscuras. Todos los instrumentos de navegación y paneles se apagaron mientras el temblor de las paredes de la nave se hacia mas violento. Recuerdo que con la vista fija en el exterior volvió a reaparecer aquella extraña forma flotante en el espacio. Sentí un calor exagerado en mi cuello y como mis piernas perdían fuerza arrojándome lentamente al suelo…