Fin es consecuencia.

Son los ecos distorsionados del cantar de cientos de pájaros.
Son las nubes de humo y polvo que tiñen el cielo de gris.
Es el recuerdo de una vieja fotografía de la que no queda ya ni el papel en que fue revelada. Es la sustancia de la felicidad, que yace desparramada sobre los escombros de un colosal vertedero. Es lo que queda de nuestro amor, aplastado por el estrés de la supervivencia. Es la consecuencia de nuestros actos, el fruto de nuestro odio, y como la reconciliación resulta ya imposible. Son los destellos del metal de nuestras armas raídas por el oxido que los vencedores olvidaron limpiar. Es la respuesta a nuestros problemas en la lengua que nadie habla. El desuso y la desidia, la excreción del consumo, el adiós. Tu fin es el mío, la tierra el nuestro, la energía el de todos.